ojo de buey



Soy lo que soy.
No me pongas un nombre que invite a la distancia.
Veo lo que veo.
Simplemente disfruta flotando en mi mirada.
Estoy donde estoy.
Atraviesa el ojo de cristal que nos separa.
Deseo lo que deseo.
Tócame.


6 comentarios:

Joan Torres dijo...

Sin nombrarnos,
como si dos desconocidos se encontraran
accidentalmente
en la misma habitación de motel
y sin pedirse datos
pasaran la noche,
te miro.
Profunda y hondamente te miro.

¡¡Crasss, ccllliinnnnccckk crash!!

Tocada.

Camilo de Ory dijo...

Tengo un buey en casa y por más que le miro los ojos no les encuentro ningún parecido con los ojos de buey y sí con los de vaca.

La Revolución sigue adelante, señorita.

chica de las preguntas dijo...

me gusta reencontrarte en estas letras. para mí nunca tuviste un nombre distante, siempre estuviste cerca, desde el principio. a veces sentí algo de miedo en la vorágine de tu casting. pero da igual, sigo viniendo. (olvida mi nombre, yo me escondo, hay quien me persigue y se empeña en econtrarme, yo le evito) sigo escudándome en la timidez; sigo disfrutando de tu blog y ahora me ofreces un abrazo. No hay ojo de buey. sólo estás tú. aunque seas el mar.

Anónimo dijo...

Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía...

El detective amaestrado dijo...

Me gusta mirar. Me gusta tocar

Le Mosquito dijo...

Eso cantó Sara Montiél en uno de sus últimos discos, allá por mediados de los 70, creo recordar: Tócame.
Me gusta más este deseo misterioso.