inflamable

En un principio fui piedra descuidada, atrapada en mi propia dureza.
Indolente.
El destino me tomó en sus manos y me apretó contra ti con todas sus fuerzas.
Inexorable.
Con el tiempo, el roce cercano, encendió la chispa y el afecto se hizo llama.
Hipnótica.
El efecto calor nos arropó varios inviernos, luego se difuminó echando humo.
Naturalmente.
Resguardadas por la memoria, resisten las brasas como eternas aspirantes a fuego, negándose a ser cenizas.
Inextinguibles.
Al final, soy el recuerdo insistente de una piedra destinada a tropezarse contigo para siempre.
Magnética.

3 comentarios:

NoSurrender dijo...

Decía Joaquín Sabina:

Al lugar donde has sido feliz
No debieras tratar de volver

...

Anuk dijo...

Pero el viajero que huye, tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón. Chimpón
¿?

Anónimo dijo...

eso es volver.