V por Victoria














Alza tu copa y brinda conmigo, mirándonos con ojos limpios.
Bebe este néctar que cura y celebra el final, sin miedo, preparando tu corazón para abrirse a lo nuevo.
Ríndete a tus lágrimas y deja que te liberen del dolor anclado que endurece el alma.
Siente cómo te derrites al calor de tu niño interno que flotaba en el vacío y te alumbra renaciendo.
En la batalla, usé mi espada para cortar tu cabeza, con la tuya atravesaste mi pecho.
Caímos fulminados, de rodillas, uno frente al otro y al reconocernos se cerraron las heridas.
Nadie puede entender cómo mi temido rival es ahora mi gran amigo. Nadie puede explicar lo sucedido en aquel preciso instante en que la muerte cabalgó hacia nosotros y nos tomó de la mano arrastrándonos por el camino y abandonándonos a nuestra suerte en el valle del silencio absoluto.
Alza tu cabeza y brinda conmigo mirándonos con ojos limpios.
Bebe de mi pecho y celebra el comienzo, sin miedo.
Ríndete a mis lágrimas y deja que te bauticen, dándote un nombre nuevo.
Siente cómo me derrito al calor de un hombre tierno.






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