agua de borrajas

Nacen, en el borde del camino, plantas salvajes que no necesitan mimos.
Solitarias, aprendieron a vivir para ser ignoradas.
Camuflan su poder bajo una apariencia engañosa, ése es su truco para no ser atrapadas.
A simple vista no se muestran apetitosas, sus formas no invitan a ser tocadas.
Son semillas de otro mundo que aterrizaron en éste,
dando lugar a las flores más extrañas.
Incomprendidas por algunos que las denominan "malas", acaban siendo arrancadas.
Perdidas y arrinconadas, se quedan en nada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me recordastes algo de hace muchisimo.

" Una flor broto
en algun rincon
nadie la vio
ella nacio
y al alzarse para ser vista
un niño, sin querer la piso "

:-) mis felicitaciones.

Le Mosquito dijo...

Los herbicidas no distinguen, querida Annabellee.
No te miento si te digo que soy de los que se fijan en esas plantas, y puedo asegurarte (tú ya lo sabes, pienso) que hay bellezas tan escondidas que da miedo mirarlas; pero ese miedo me lo produce el pensar que otros las descubran para pisotearlas.
Un saludo, Annabellee.

Anuk dijo...

Los pasos de un niño ingenuo deben ser guiados para que aprenda a ver la belleza escondida de ciertas criaturas, ya sea una flor o un pequeño mosquito. Así sus pisadas, a medida que crezca, serán las huellas expertas que otros seguirán.