H muda

Harto de sí mismo,
el hombre tiene hambre de hembra.
Hunde su hocico con ahínco,
husmeando entre la hierba húmeda.
La hembra huele al hombre,
huye de su anhelo hacia un hueco de hielo inhóspito.
El hombre fue hechizado, por hurgar en las huellas.
Hierve en lo hondo la herida mal hilvanada.
Humillado, se siente un huérfano desheredado.
Ahora: el horror de las horas hacinadas
le ahogan como hormigas en la boca.
Hipnotizado, se vuelve hipócrita.
Hasta los huevos.
El hombre será inhumado hoy, por hereje.
En el hoyo se hospeda la hipótesis.
El hallazgo de la hembra hermética, hará historia.
Creará el hogar para el hijo del hombre, cantará a los huesos y escribirá el epitafio como honesto homenaje:

Honorable humano.
El hábito de inhalar tus propios humos,
te hizo humilde y hermoso.
Inhibir el habla y habitar en los hechos,
es una heroica hazaña.

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